El metanol —el alcohol más simple, líquido a presión atmosférica— es una molécula «plataforma» utilizada para sintetizar compuestos de alto valor añadido en plásticos, textiles, productos farmacéuticos o la industria agroalimentaria. Así, se utiliza en los procesos de fabricación de muchos productos cotidianos como cosméticos, medicamentos, resinas, plásticos, pinturas, siliconas o alimentación animal. Si bien el e-metanol se produce hoy casi exclusivamente a partir de gas natural o carbón, lo más cerca posible de los recursos fósiles, las alternativas con bajas emisiones de carbono se han ido afirmando desde hace varios años, en particular la producción derivada del hidrógeno conocida como «e-metanol».
El e-metanol consiste en utilizar hidrógeno bajo en carbono, producido por electrólisis del agua, y carbono reciclado de procesos industriales (salas de calderas de biomasa, incineradoras, etc.), que a continuación es sintetizado en un reactor de metanolización y destilado hasta obtener la pureza deseada. Esta vía tiene una triple ventaja: (1) adaptación a la infraestructura existente; (2) poder descarbonizante; (3) sinergias industriales con las plataformas de implantación.
El metanol ahora puede reemplazar los combustibles marinos convencionales.
El despliegue de esta tecnología se basa en una infraestructura de transporte y uso existente. Los principales puertos están equipados con capacidad de suministro de metanol (88 de los 100 puertos más importantes del mundo). Los armadores pueden consultar las normas de la Organización Marítima Internacional, como el Código internacional de normas de seguridad aplicables. Los fabricantes de motores como MAN, Rolls-Royce o Wärtsilä ofrecen soluciones «dual fuel» de modernización o para barcos nuevos.
Operadores marítimos como Maersk o CMA-CGM ya han encargado más de un centenar de barcos, generando una demanda adicional de metanol sostenible estimada en más de 5 millones de toneladas en el momento de su entrega, prevista entre 2025 y 2027.
El metanol también se puede utilizar como precursor para la producción de combustibles de aviación sostenibles a través de la vía denominada «alcohol-to-jet».
A diferencia de la industria marítima, el uso de metanol para la industria aérea implica unos procesos de refinación, derivados de los enfoques desarrollados para la producción de gasolina a partir de gas natural, con el fin de producir queroseno sintético. Aún hacen falta esfuerzos especiales de industrialización. Sin embargo, la reciente certificación de la vía «alcohol-to-jet» por la ASTM a base de etanol e isobutanol allana el camino con el anuncio de varios proyectos de producción.
Diseñamos, desarrollamos, financiamos, construimos y operamos plantas de producción de moléculas bajas en carbono en Francia y la península Ibérica.